- Autoayuda y best-sellers: apropiaciones y sentidos en la lectura de Paulo Coelho. Clases medias y sectores populares, consumos compartidos, sentidos diferentes.
- Los relatos de la historia: la historia de divulgación en el consumo de la clase media. Nacionalismo e Historia. El debate historiográfico: Academia vs. Divulgación.
- Cómic e historieta. La gráfica como género literario. Funciones. “Patoruzú” e “Isidoro” como representaciones sociales/representaciones nacionales.
La relación con el mercado, nos introduce en una problemática general que atraviesa a la literatura de autoayuda, a la divulgación histórica y, en menor medida, al cómic en tanto género "menor": se trata de la cuestión de los best sellers y su debatida calidad literaria. A propósito de este tema, leímos en clase parte del artículo "Ataque y defensa del best seller" aparecido en la Revista Ñ del diario Clarín el 17 de enero de 2004. Allí, Ezequiel Martínez afirmaba
"En la década del 90, bastaba con que la popular conductora Oprah Winfrey recomendara un libro en su programa de televisión para que al día siguiente el título en cuestión se agotara en todas las librerías de los Estados Unidos. No importaba tanto el autor, el género o la trama: a su audiencia —estimada en 14 millones de espectadores—, le alcanzaba con que Oprah lo bendijera para transformarlo en un best seller de supermercado, de ésos que la crítica especializada huele con la nariz fruncida mientras especula sobre su fecha de vencimiento.
Un efecto similar se producía en Francia en los 80, cuando desde su programa "Apostrophes", el periodista Bernard Pivot logró que un ciclo dedicado a los libros se convirtiera en uno de los de mayor rating en la historia de la televisión francesa. Claro que Pivot solía tener entre sus invitados a Georges Simenon, a Vladimir Nabokov, a las dos Marguerites —Duras y Yourcenar—, entre otras celebridades literarias. Pero en su caso, y aunque se tratara de autores desconocidos, el comentario halagador de un título equivalía a empujarlo instantáneamente a la lista de los más vendidos. Entonces ningún crítico ponía el grito en el cielo.
Salvando las evidentes distancias entre los programas de Winfrey y Pivot, los best sellers gestados en sus programas son el reflejo de un debate en pleno auge: ¿los libros que logran vender millones son producto de poderosas estrategias de marketing y publicidad? ¿Son literatura menor, productos prefabricados para un lector que sólo quiere consumir narraciones pasatistas, obvias y previsibles? En los últimos años, la palabra "best seller" se transformó en una mala palabra, en un adjetivo peyorativo que envuelve a ciertos autores que parecen ceñirse a una fórmula segura de éxito: ahí figuran John Grisham, Stephen King, Tom Clancy, Wilbur Smith, Mary Higgins Clark, Robin Cook, Sidney Sheldon, Danielle Steel, y también Paulo Coelho, Isabel Allende, Arturo Pérez Reverte, o entre los nuestros, Manuel Puig, Osvaldo Soriano, Marcos Aguinis o Federico Andahazi.
A continuación, el artículo analiza las falsas dicotomías a partir de las cuales se ha juzgado e interpretado el fenómeno del best seller a fin de desacreditar a un fenómeno que suscita los odios y rencores de gran parte de la comunidad intelectual. Estos pares de opuestos que enfrentan a la "Literatura" y a los "Best Sellers", podrían sintetizarse de la siguiente forma: venta a la largo plazo vs. venta rápida; calidad vs. cantidad; complejidad y elabroración vs. facilismo y poca profundidad; consumo de "entendidos" vs. consumo de masas; durabilidad vs. existencia efímera; indiferencia mediática vs. publicidad y marketing. Tal como hace el artículo que citamos nuestro objetivo será deconstruir estas dicotomías, relativizarlas y tratar de comprender las causas por las cuales los lectores recurren a estos nuevos formatos.
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